La vuelta al mundo en 80 paginas

Un reto, a ver hasta donde llegamos. Se trata de confeccionar un viaje, un recorrido alrededor del mundo, norte a sur, este a oeste, como queráis, entre todos los foreros. El procedimiento consiste en que cada persona que pone un mensaje dispone de hasta 500 kilómetros, para llegar de un punto a otro en un mapa. En el caso de llegar a un puerto y se desea cruzar el Atlántico o el Pacífico, se puede usar un "comodín" para llegar al otro extremo, sin importar el número de kilómetros, pero solo una vez por forero.

Para ayudaros a calcular distancias y visualizar recorridos, podéis usar el googlemaps, la herramienta de "Como llegar", por ejemplo.

Así, imaginemos que este itinerario comienza en Jadraque, localidad en la provincia de Guadalajara, y tiene como punto final, Salamanca. Total: 315 kilómetros, parando en Guadalajara, Alcala de Henares, Ávila, y un rato por los Madriles si no hay mucho tráfico.

A ver hasta donde llegamos de aquí a 80 paginas de tema, siguiente tramo!

Bueno, pues desde Salamanca y abrigándonos bien, vamos a salir destino Bilbao (396 km), que nos esperan pintxos, txacolíes, paseos por la costa y una exposición muy guapa en el Guggenheim.

Para ello haremos una paradita en Valladolid, para un café calentito en la plaza mayor. Seguiremos hasta Burgos, donde visitaremos la catedral y comeremos, y zumbando para Bilbo!!

Desde el delicioso Bilbao llegaremos a la recóndita Galicia, no sin antes tomar unos magurios en alguna terraza de Somo tras un paseo por su playa, con el Palacio de La Magdalena al fondo...Después de Santander, un paseo bajo la bajo la tenue luz de la Vetusta de Clarín, toda envuelta en misterio y piedra con olor a fría humedad....tras dejar Asturias, el camino nos lleva hacia otra ciudad de piedra....Compostela.

Vamos bien!

Desde Santiago de Compostela tiramos hacia el Sur, a Portugal, dirección Coimbra, nuestro destino final (349 km). Por el camino, pausa obligada en Vigo, parando a visitar las islas Cies, Braga y, como no, Oporto, a deleitarnos con un buen vino.

Vaya ful de experimento

Bueno, lo sigo yo, aunque sea en triciclo. Nos habíamos quedado en Coimbra, ciudad universitaria de Portugal por excelencia. A ritmo de fado nos vamos hasta la capital, Lisboa (208 km), y de aquí ponemos rumbo a Extremadura, tierra de conquistadores, como cantaba el Robe, de dehesas y tesoros como el teatro de Mérida, el punto final (288 km). De paso, hacemos un alto en Badajoz a visitar al jipi (por qué era de Badajoz, no?).

Bueno, la idea se me ocurrió un día preparando una clase sobre turismo, donde los alumnos tenían que diseñar un circuito y utilizara el Google Maps para ir calculando la distancia de cada etapa. A partir de ahí, se me empezó a ir el santo al cielo imaginando un hipotético viaje por el mundo...cuantas etapas habría, cuantos días harían falta, transportes, lugares, etc. Así que, en lugar de diseñarlo yo solo, os lancé esta propuesta para hacerlo entre todos, y de paso ir dejando algunas recomendaciones sobre que hacer, que ver, etc. No sé, lo vi bonito.

Sobre lo de hacerlo en línea recta, o con via libre para ir de sur a norte, de este a oeste y viceversa, es igual con tal de no pasar dos veces por el mismo sitio. Eso depende de la persona que postee. Ahora estamos en Merida, podríamos tirar de nuevo hacia el norte en busca de Francia y el resto de Europa, o bien probar el norte de África si vamos hacia el sur. Es más que nada dejar volar la imaginación viajera de cada uno.

Y lo de los 80 días, bueno, tan solo para recordar la mítica obra de Julio Verne, nada más, no es una expectativa muy realista la verdad.

En Badajoz pillamos un autobús tercermundista, sucio, maloliente, que nos lleva a Zafra, patria del Jahiimes.

Allí nos deleita con un chorizo exquisito para chuparse los dedos, artesano, y un queso picante a la pimienta mareantemente delicioso. Luego nos saca por el pueblo, de tapas, y degustamos una de cordero a la miel que nos hace perder el contacto con la realidad, nos despedimos del pueblo rumbo a Sevilla, donde llegamos algunas horas más tarde. Anochece ya, y salimos a hacer la ruta del montaíto, y casi todos coincidimos que el de jamón y roquefort era el que más rico estaba. Nos sentamos en el puente de Triana a ver la luna rielar en el Guadalquivir. Mañana emprenderemos de nuevo el viaje.

Me dispongo a partir al Alba, me dirijo a la estación de Autobuses Prado de san Sebastian y cojo el primer Autobus a Algeciras por unos 12 euros, en unas dos horas me encuentro esperando el FERRY. Me dispongo a cruzar el Estrecho con Balearis a las 12:00, aún tengo tiempo para esperar en el bar de la Estación Maritima.

A la una de la tarde me estoy tomando una cañita en Ceuta en el DULCINEA
Acto seguido me dispongo a cruzar la FRONTERA. Una vez al otro lado me cojo un Taxi por unos 15 Dirhams y en menos de una hora estoy en plena Medina de Tetuan.




En fín, Son las tres de la tarde y los restaurantes temo estén a punto de cerrar, así que me dirijo al HOTEL, en el que seguro podrán hacerme un hueco en el comedor.

ITINERARIO


¿Os gusta este formato, con Paginas, fotos y mapas?

Te lo has currado Cosso, y me ha gustado también ese toque literario de McPlaci, esto puede quedar muy bien

Unos 274 kilómetros separan Tetuán de Fez, nuestro siguiente destino. Hacemos un alto en Ouazzane, ciudad santa para muchos judios marroquís, destino de multitud de peregrinaciones.



Ya en Fez, nos metemos de leno en las estrechas callejuelas de la Medina, entre vendedores de té y especias, burros, babuchas, y chavalillos que se empeñan en ser nuestros guías. Zigzagueando por el laberinto del Zoco, acabamos topandonos con unas de esas bañeras donde los locales tintan los cueros usando las mismas técnicas de hace siglos, como si el tiempo se hubiera parado en ese rincón.



Terminamos el día sentados en una de las terracitas de los muchos restaurantes dispersos por el casco antiguo, contemplando el atardecer, divagando sobre lo que nos espera al día siguiente.

ITINERARIO

Alquilo un coche en Fez y compro algo de bebida y comida para el viaje y a primera hora de la mañana me pongo en camino por la A2 dirección Rabat. Hago una parada tras 65 km en la ciudad imperial de Mequinez.
A 33 km al noroeste visito las ruinas romanas de la ciudad de Volubilis donde me preparo un agradable picnic.


Vuelvo a la autopista y me dirijo del tirón a Casablanca.
Llego sobre las 5 y media al Bulevard de la Corniche con la fabulosa mezquita de Hassan II al fondo.


Donde busco un buen Hotel,aunque estaba todo ocupado, al final conseguí una habitación AQUÍ, Ya os contaré.

Acto seguido consigo entrar poco antes de que cierren al MUSEO Villa des Arts dónde veo una exposición sobre las visiones que tienen los adolescentes de Casablanca sobre su ciudad y los problemas como las grandes barriadas de chabolas que se observaban al entrar en la ciudad y que persisten aunque las autoridades prometieron erradicarlas antes del 2012.

Antes de volver al hotel no podía irme sin tomar una copa en el Rick's

ITINERARIO

Nos despertamos, hace una mañana nublada y gris. Hemos decidido dar un toque más aventurero a nuestro viaje. Queremos socializar más, conocer gente local, oír historias, leyendas, rincones secretos. Contra la recomendación de todo el mundo.
Hemos decidido hacer autostop. Nos parece una idea excitante. El tráfico entre Casablanca y Marrakech debe ser fluido, alguien aparecerá tarde o temprano que nos pare, y nos suba a bordo.

Nos situamos en la Octagon Square...

... el lugar de flujo mercantil y monetario en Casablanca, centro neurálgico de la ciudad, de aquí seguramente partirá alguien. Aunque no sabemos si serán en su mayoría ejecutivos acorbatados, figura muy lejos de la que buscamos, nos colocamos en un lugar visible. Un trozo de cartón habla por nosotros, en él hemos escrito "Marrakech", también en árabe (مراكش).

Al poco tiempo para un coche. Justo lo que estábamos buscando. El coche es viejísimo, un Citröen DS Pallas destartado...

...su conductor, Abdullah, un árabe que pasa de los 50, nos habla cordialmente. De un modo bastante amistoso. Tras mis años en el Golfo Pérsico consigo entenderme con él. Se ofrece a llevarnos hasta Ben Guerir, su pueblo, acercándonos con ello bastante a nuestro destino. Aceptamos encantados, es justo lo que estábamos buscando, vamos a conocer el Marruecos profundo.

El tipo es de lo más simpático, nos habla de la invasión americana, de la base militar en su pueblo, del ejército marroquí, de cómo el zumbido de los aviones fastidia a todos en el lugar. De Mohamed VI, de la revolución islámica. Del islam. Nos habla de su hija, Afrah, de 18 años a la que están buscando un futuro esposo. Me pongo a reflexionar sobre las diferencias culturales.

El viaje es enriquecedor, entre los vaivenes del coche y los botes espectaculares en los baches me permito observar el paisaje, me asombran los tonos de verdes con pequeñas motas marrones, un marrón claro que determina la existencia de un pueblo, de vez en cuando, casas cuadradas, parecen hechas de barro, me parece una postal preciosa. De fondo la voz de Abdullah, sus batallas, sus miedos e ilusiones. El radiocasette nos obsequia con música chaabi:





ITINERARIO
Al fin llegamos a la ciudad de Ben Guerir.



El cielo ha clareado un poco. Sentimos una mezcla de melancolía y excitación. Tenemos la impresión de haber viajado en el tiempo. Al pasado, a alguna ciudad europea de los 50.

Abdullah hace gala de su gran hospitalidad árabe. Nos invita a su casa, a conocer a su familia, a tomar un té con pastas marroquíes. Afirma que tras dos horas de viaje nos vendrá bien un descanso. Nosotros, no faltaba más, aceptamos encantados. Nada nos excita más que conocer un hogar por dentro, eso es aventura!

Allí conocemos a su familia. De lo más agradable, disfrutamos de buena conversación, de unos dulces deliciosos y de una buena fumada en una shisha como Alá manda. La belleza de Afrah nos parece descomunal, con su velo islámico tapando su púdico cabello, a la espera de entregar su flor a un joven, apuesto y afortunado árabe.

Nos despedimos, un vecino suyo que vende vasijas de barro en Marrakesh se ofrece a llevarnos, damos las gracias por todo y partimos.

Llegamos a Marrakesh al caer la tarde. Apenas una hora de viaje por la A7.

ITINERARIO

Llegamos al Hotel, el Golden Tulip Farah , donde haremos noche. Descansamos un poco, nos tomamos unas duchas y decidimos qué hacer.

Visitaremos la Medina de Marrakech.



Los jardines Majorelle:



Y por la noche haremos unas compras en Jmaa el Fna:



Luego cenaremos en el hotel y nos tomaremos unas copas en el pub. Mañana partiremos de nuevo...

Desayunamos copiosamente en el Golden Tulip Farah. Nos espera un largo día de viaje. 500 Km exactos entre Marrakech y Bouizkarne.

Al salir nos dirigimos caminando a la estación central de autobuses. La mañana es fresca e invita al optimismo. Allí nos pillamos un autobús hasta Imlil, en el corazón del Parque Nacional de Toubkal, donde tenemos intención de pasar el día haciendo senderismo.



Nos fascina Imlil, con su combinación de casas rosas y marrones en pleno corazón marroquí, sin duda una toma de contacto bellísima con el Marruecos rural. Contratamos un guía local que nos indica los rincones más hermosos del parque. Una absoluta delicia. Comemos en el café Aksoual, es el aire del Marruecos puro el que respiramos.

Existe la posibilidad de alquilar burros por horas. Nos pillamos unos burros y vamos trotando levemente, disfrutando de la belleza sin parangón del paisaje.

Hemos decidido tirar de aventura, así que si no encontramos a nadie que nos lleve haremos noche allí y mañana ya se verá. Nadie emprende el viaje esta noche, así que decidimos hacer noche en el lugar y montamos las tiendas justo detrás del Refugio Francés. Donde un grupo de turistas daneses han montado sus tiendas. Pasamos la noche con ello, bebiendo y cantando. Muchas risas, algunos de nosotros yacen en tiendas con chicas danesas durante la noche, ha sido todo un éxito.

El grupo de turistas parte mañana temprano hasta Bouizakarne, en el sur del país. Decidimos acompañarlos ya que hay sitio en sus furgonetas, aunque tendremos que separarnos.

Al llegar al pueblo, nos despedimos de nuestros acompañantes, que seguirán hasta la costa.



Nosotros hemos decidido quedarnos un tiempo. No encontramos habitaciones libres en los escasos alojamientos de la ciudad, ergo logramos convencer a una señora viuda para que nos alquile una habitación por una noche. Es una mujer de lo más interesante, pasa de los 50 pero sigue conservando algo de su atractivo de juventud. Tiene la cabeza cubierta con un velo islámico que se quita una vez dentro del hogar, incluso en presencia nuestra. Cenamos con ella y charlamos sobre el viaje que emprenderemos mañana...

ITINERARIO

Este es más o menos nuestro viaje hasta el momento:



Nos está quedando bastante chulo.

Di que si!

Seguimos bajando rumbo al sur del país, donde las carreteras empiezan a hacerse más polvorientas y el paisaje más agreste y salvaje. Nuestro transporte, una vieja camioneta donden os apretujamos como podemos, mientras que un anciano barbudo nos mira con detenimiento. En un alto antes de llegar a Guelmim, nos invita a un cuenco de leche de cabra y algunos datiles. Sorprendentement, en lugar de seguir con nosotros, el buen hombre se marcha entre las dunas, hasta perderse en el horizonte del desierto. Casi nos parece un espectro cuando lo vemos desvanecerse a lo lejos. El conductor nos hace una señal, el viaje continua. Paramos en Guelmim, conocida como la puerta del Sahara, donde damos un garbeo por el mercado de camellos.



Por un momento nos planteamos si continuar adentrandonos más en el desierto, el afán de aventura nos tienta, pero esta vez nos puede la cautela y preferimos esquivar el Sahara bordeando la costa atlántica. Tras un viaje eterno en un autobús local (tres paradas por calentamiento de motor, dos ruedas pinchadas, un desmayo), llegamos a la localidad costera de El Ouatia, donde desierto y oceano se unen en un paraje mágico. Acampamos en una playa desierta, donde pasamos la noche.



Tras una parada en Akhfenir, para deleitarnos con un buen plato de pescado, llegamos a nuestro punto final en esta nueva etapa, Tarfaya, un pueblecito pesquero muy cerca de la frontera con el territorio del Sahara Occidental. Un té de menta y un kebab de marisco nos sirven de tentempié antes de darnos un paseo a pie por sus calles sin asfaltar. Sin darnos cuenta llegamos a una especie de parque, donde sobresale una bizarra estatua de un aeroplano, al parecer dedicada a Saint Exupery, autor de El Principito, que pasó un tiempo en este lugar. Con la visión de la llamada Casa del Mar, un palacete medio en ruinas a la orilla del mar, despedimos el día. Seguimos hacia el encuentro con el pueblo saharaui? o damos un "saltito" a las Canarias?



ITINERARIO