El FAP FAP, esa época perdida

Pareciera como si me estuviera viendo a mi mismo hace unos 20 años. Sentado en el sofá, esperando ansiosamente a quedarme solo en casa para poner la cinta de vídeo secreta en que grababa las pelis porno del plus, y poder así masturbarme sin tapujos. Sin temor a que se pudiesen oír mis gemidos mas allá del pasillo, mientras unos latigazos descontrolados salían disparados con la misma velocidad con la que ahora los visualizo a cámara lenta. Aquella leche espesa, con olor a lefa de las mejores cosechas, aquellas llenas de esperma contenido deseando explotar de jubilo hormonal. Cerrando los ojos casi sin creérmelo, sorprendiéndome a mi mismo incapaz de no soltar aquellos, AHHHH, AHHHHHH, AHHHHHH. Como si no fuese yo, como si un actor porno se hubiese salido de la pantalla para poseerme. Como si mas que una simple masturbación, aquello fuese realmente hacer el amor pero con uno mismo, o mi polla y yo. Bien merecía la pena limpiar los charcos de lefa que parecían inagotables, como aquel aroma imborráblemente penetrante mezcla extrañamente cautivadora de algo similar al ajo, la lejía, el amoniaco juntos. Era el olor sexual por excelencia del macho en pleno proceso de efervescencia.

Pero hace ya demasiado que las pajas no son como antaño. Para pasar a convertirse en pasatiempos casi sustitutivos del tabaco. Cosas de la edad y de como todo inevitablemente cambia, para bien o para mal. Es normal, claro esta.

Sin embargo, también se va dando uno cuenta de que la sexualidad se va percibiendo de otra forma. Menos onírica por así decirlo, y mas pragmática. Igualmente enfocada a satisfacer los instintos, pero de una manera mas drástica. Y recuerdo a aquellas macizorras cachondas que me la ponían tan tiesa como la pata de un perro envenenado, y aquel deseo deseado nacía también de la ilusión de perseguir lo inalcanzable. ¿Podría algún día follarme a tías físicamente similares? Con esos culos, esas tetas y sobre todo esos chochos peludos que todavía se mantenían a la moda de los setenta y ochenta.

De todo hay en la viña del señor. Pero ahora desde la experiencia de un pajillero ya curtido, me voy dando cuenta de que lo que mas cachondo me pone son las tías a las que ni se les pasaría por la cabeza acostarse conmigo. No tanto por estar mas o menos fuera de mi alcance, sino porque lo prohibido, lo vetado, unido a la sensación de rechazo por parte de una hembra, son la pimienta de las mejores jodiendas.

Ese, al final has caído, puta, el liberarse plenamente tanto física como mentalmente de la necesidad y el deseo de follarse a alguien en base a salir triunfante.

Bareto`s Punk escribió: lo que mas cachondo me pone son las tías a las que ni se les pasaría por la cabeza acostarse conmigo.

A mi la tías inteligentes y de buen gusto también me ponen muchísimo.

igOr escribió:

Bareto`s Punk escribió: lo que mas cachondo me pone son las tías a las que ni se les pasaría por la cabeza acostarse conmigo.

A mi la tías inteligentes y de buen gusto también me ponen muchísimo.

Ahora resulta que es usted un romantico de la vieja escuela.

Dios creó el mundo para que la mujer tuviera que limpiarlo.

Bareto`s Punk escribió:

De todo hay en la viña del señor. Pero ahora desde la experiencia de un pajillero ya curtido, me voy dando cuenta de que lo que mas cachondo me pone son las tías a las que ni se les pasaría por la cabeza acostarse conmigo. No tanto por estar mas o menos fuera de mi alcance, sino porque lo prohibido, lo vetado, unido a la sensación de rechazo por parte de una hembra, son la pimienta de las mejores jodiendas.

Ese, al final has caído, puta, el liberarse plenamente tanto física como mentalmente de la necesidad y el deseo de follarse a alguien en base a salir triunfante.

Los violadores tal vez piensen igual, Bareto. Solo que en algún momento traspasan la inactiva fantasía o incluso la fantasía consentida , hacia al delito infame propio de frustrados hijos de puta.

La cuestión es que hay tías que les mola ese rollo de sentirse dominadas y hacer la salvaje, sólo tienes que irte un finde a Ibiza para comprobarlo.

Ya, pero es muy masculino el hecho de equivocarse en los mensajes que emite la hembra. Y aquí las equivocaciones se pagan bien caras.

Estoy con Cosso.