Realmente controlamos nuestra vida?

Thais escribió:Sí, es cierto de de algún modo si que hago lo que quiero, pero la gente me juzga por no seguir esas normas no escritas, a lo que me refiero es a poder hacer lo que quierás sin que nadie se sorprenda, te juzgue y tal, por no seguir la corriente social.

Yo para arreglar eso de "lo que la gente opine de lo que hago" tengo una solucion

Thais escribió:U

El caso es que creo que nunca hice lo que quise, llevo toda la vida estudiando y trabajando en cosas que ni me interesan, nisiquiera me gusta trabajar ni estudiar, vivo en un piso de alquiler con un perro, nunca me casé ni quiero casarme ( lo veo una estupidez), no tengo pareja, tengo un coche viejo, me van a despedir y lo más interesante que hago es tocar el bajo, dibujar y teatro y por ello me llaman loca, supuestamente a mi edad esas cosas no se hacen, se me pasó el momento....

La sociedad constriñe, desdeluego
Lo que yo creo que a ti te pasa es que estás desilusionada.
Porque a mi tampoco me gusta trabajar o que me impongan un plan de estudios y me gustaría que el estado me diese una paga por la cara que me proporcionase la tranquilidad y el sosiego necesario para practicar mis hobbies en un lugar recóndito libre de estreses y preocupaciones. Pero te habrás fijado que para ti y para la mayoría de las personas la vida de compone de un cúmulo de problemas que van apareciendo y se van librando hasta que mueres. Es más, el ser humano es capaz de sufrir grandes tragedias a lo largo de la vida ya que tiene recursos cerebrales como para superarlos.
Si comparas tu vida con la de otros, pon uno al azar de los miles de millones de pobres que habitan este planeta, te darás cuenta que tu desilusión proviene principalmente de que te comparas y otros te comparan con los tuyos significativos, aquellas personas que te importan; Y las comparaciones se establecen en última instancia con lo considerado normal. Las personas tienden a establecer un marco objetivo a partir del cual poder comparar las subjetividades individuales, ese marco objetivo incluye desde la razón o la ciencia hasta subjetividades culturales comunes aceptadas por las mayorías.
¿Existe realmente esa objetividad con la cual establecer comparaciones? Yo creo que no, que son subjetividades encumbradas a objetividades; O lo que es lo mismo, el ser humano se imagina y define lo que es bueno, asumiendo que lo que es bueno para muchas personas es bueno para todas las personas y lo mismo con lo que es malo. Por eso mismo margina al que no se adapta a la norma. Y esto sucede aquí y en cualquier parte del mundo donde viajes.

Sobre la libertad, decir que es otra imaginación humana al igual que la felicidad, conceptos ambos que cambian según la cultura y a través de la historia.
El hecho de desear algo, ya es un hecho cultural, porque es una opción que se desprende de la cultura. Por lo mismo podrías decir que no eres libre ya que tocar el bajo o hacer teatro son imposiciones sociales, ya que podrías hacer otras cosas pero la sociedad te patrocina hacer esas y tu lo eliges, pero te limitas a elegir dentro de las opciones que te da la sociedad. De hecho eliges hacer algo minoritario pero no antisocial o algo no perteneciente a la sociedad, sino que la mayoría entiende que no son acciones potencialmente productivas en las que aplicando poco esfuerzo te proporcione un gran rendimiento; Máxima de la cultura del capital que divide a la gente en espabilados de éxito y tontos fracasados.

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Las respuestas acerca de si somos libres o nos sentimos libres varían según quién se anime a responder a la pregunta. Como ya he leído en este tema, la libertad es un concepto tan relativo como la felicidad.

¿Controlar nuestras vidas? Eso es ambicionar demasiado. Sería como tener todas las respuestas, controlar todas las circunstancias. Pero tanto en el tema de la libertad, como en el de si podemos o no controlar nuestras vidas, todo depende de con qué lo compares.

Uno puede levantarse por las mañanas desanimado con el mundo que le rodeado, asqueado de ver cosas que a priori parece no poder cambiar, condenado a tener que transijir con decisiones y cirscunstancias ajenas sobre las que no tiene control alguno. Y sí, es una putada. Duele, desesperanza y desilusiona. Pero luego miras un poco más allá de ti mismo y empiezas a darte cuenta de la suerte que tienes. Porque siempre dependerá de con quién te compares. No sabemos hacerlo de forma objetiva. Siempre buscamos un modelo de referencia externa que nos ayude a dilucidar si somos o no somos libres.

Cada mañana me levanto de la cama y elijo hacerlo. Uno podría preguntarse ¿por qué lo hago si no tengo trabajo y puedo permitirme el lujo de quedarme en la cama proque total no voy a conseguir nada con levantarme antes? Bueno, pues eso, es una elección. Tú elijes libremente si quieres quedarte en la cama lamentándote de tu suerte o si te decides intentar al menos no perder el equilibrio que te queda. Ser libre no se trata de poder hacer lo que quieras cuando quieras, sino de tener a tu disposición la capacidad de elegir, de decidir.

¡Claro que hay muchas cosas que no dependen de nosotros! ¡Por supuesto que la sociedad marca e impera con sus contreñidas reglas en uno y otro sentido! Pero aún así, puedes elegir. Y ser libre no significa necesariamente ir contra corriente, simplemente decidir a dónde quieres ir. Elegir no es garantía de éxito. Que algo que decides libremente no sea como esperabas no significa que no tengas elección, es sólo que las cosas no siempre salen como esperamos, y eso no significa que no tengamos opciones.

Es tan complicado como queramos hacerlo. Hay gente que prefiere dejarse llevar, hay otros que prefieren luchar contra todo, los hay que se conforman, los hay que viven enfadados con todo lo que les rodea... Quizá haya muchas cosas sobre las que hayamos tenido menos opciones de elección, pero sobre cómo vivir esas circunstancias, como asumirlas, encauzarlas, reubicarlas, superarlas, deshecharlas.... sobre cómo sentir, pensar y vivir, sí tenemos elección. Siempre. Cada día.